domingo, 13 de mayo de 2007

La ultima noche



El día 25 de abril fuimos a ver la obra "La última noche" de Giordano Bruno, en el Antiguo Mercado Central. Se trata de una representación teatral bastante sencilla, sólo cuenta con 3 personajes y un simple decorado, pero con un profundo mensaje a trasmitir.
La obra se basa en el proceso inquisitorial que sufrió Bruno y que acabó con su condena a muerte.
Los 3 personajes de la obra son: Bruno que representa la libertad de pensamiento, de creencia, libertad en general. El inquisidor que representa la imposición de un pensamiento único y el rechazo de todo lo nuevo. Y un personaje femenino que no es real, representa la conciencia de Bruno, sus ideas, su memoria, sus recuerdos...
El inquisidor trata de convencer a Bruno de que sus ideas son falsas y, lo que es más importante, de que deje de investigar, de preguntar, en definitiva que deje de pensar. Este es un claro ejemplo de cómo la Iglesia difunde el mensaje de libertad que nos trajo Jesús.
En el escenario se podía observar únicamente una mesa, unas cuantas sillas, balde con agua y piedras tanto encima de la mesa como por el suelo, que a mi parecer simbolizaban los soles y planetas del universo que Bruno imaginaba y que tanto incomodaba a la Iglesia. Porque para Bruno el Sol era sólo otro astro con sus planetas entre los miles de astros del universo con sus planetas donde cabía la posibilidad de la existencia de vida.
Esto hoy en día es una cosa aceptada, nuestro Sistema Solar es uno mas de todos los existentes, y la vida en otros aún no se a demostrado pero se piensa que si que es posible. En el siglo XVII esto era impensable, además descalificaba a la Tierra de especial y por lo tanto restaba poder a la Iglesia.
El personaje femenino tiene un papel muy importante del que no te das cuenta hasta ya bien entrada la obra. Porque es ese personaje al que el inquisidor quiere matar. Son esas ansias de saber, en definitiva el espíritu de Bruno lo que tanto incomoda a la Iglesia. Y yo creo que eso es lo que simboliza el desnudo final de Bruno, que la Iglesia le puede quitar todo pero sus ideas, su alma que es el mismo tal como vino al mundo, eso no se lo puede quitar nadie.
Al final, el mensaje que me transmitieron fue que tienes que vivir tu punto de vista con la máxima precisión posible.
Una vez acabada la obra se abrió una rueda de preguntas, de todas la más interesante fue "como trasladar ese problema a la actualidad". Los actores respondieron que se podría comparar con el maltrato a las mujeres ya que también es un delito contra el libre pensamiento.
Yo creo que en la actualidad lo que más controla nuestra forma de pensar es la televisión y los medios de comunicación, ese puede ser el símil a la Iglesia de aquella época. Si te crees todo lo que ves y oyes no eres mas que un muñeco y te manejan a su gusto para que hagas y dejes de hacer, y compres y vuelvas a comprar. Y el papel de Bruno sería preguntar siempre el por qué y no creerse todo sin mas.
Por último comentar una frase que me pareció curiosa: "todo cambia y nada perece", cada uno le puede atribuir un sentido, el mío es que aunque todo cambia y no parece igual, en realidad si lo es pero desde otro punto de vista, de otro color. Sólo hace falta acostumbrarse a los cambios o cambiar al mismo ritmo que el mundo porque al fin y al cabo todo acaba siendo igual.

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