Empate a 0

Es curioso como muchas veces el miedo nos paraliza, pero no el miedo a algo que todos podemos entender como razonable, como miedo a la bronca por decir a tus padres que fueron 3 y no 1 las que hemos suspendido, miedo a decir a la novia que aquel día no te quedaste en casa estudiando sino que te agarraste un pedo enorme con los colegas, miedo a lo desconocido, miedo al tío ese del barrio que mide cinco cabezas mas que tú y siempre va buscando bronca. Alguien que tema a algo de eso es normal y compresible, pero que alguien pueda tener miedo al éxito es algo más ... raro. Pero es cierto cuando después de mucho tiempo ya tenemos asumido una situación, en el momento que se da la oportunidad de cambiar, en el momento que todo afirma que lo tienes ganado, que todas las fichas de dominó están en su sitio y sólo hay que empujar la primera para ver el precioso dibujo oculto, nos entra el miedo.
Nos entra el miedo y preferimos conformarnos con el "qué bien lo he hecho!, qué bonito me esta quedando!" a arriesgarnos, no a poder perder o estropear lo que tanto nos ha llevado hacer, sino rematarlo, darle la puntilla, en definitiva terminar con éxito.
Nos conformamos con casi lo logre, y con "casis" no se gana nada. Casi un 5 no es un aprobado, con casi un primer puesto no te dan la medalla de oro, con un casi me arriesgue a cambiar las cosas mañana todo seguirá igual, con casi un gol no se gana un partido.
Y es que después de todo necesitamos tener el control, poder saber que va a ir bien y no hay posibilidad de lo contrario, necesitamos nuestra falsa sensación de seguridad (¿por qué salida de emergencia en un avión a 10.000m de altura?).


PD: ¿cómo suena una mano dando palmas? plas plas!! jajaj xDDD

¿Resaca?

No era tristeza ni enfado lo que sentía el otro día, sino resaca y cansancio de tres noches recolectando alegría.

No son los grandes días los que te dan grandes momentos

Lunes!, dejo esto bien claro aunque nada mas empezar no tenga ningún sentido.
La fiesta de Fuente Mingez, toda la tarde nublado, todavía con resaca del miércoles, jueves, viernes y sábado (¿donde quedaron los días en que 24 horas eran suficiente para descansar de una semana de fiesta...?) y al final casi sin quererlo nos presentamos allí. Un par de cartones de vino, un par de botellas de cola y comida en plan merienda para todos por cuenta de Jesús y Juan.

Empezamos a comer y a charlar hasta que el tema de conversación deriva en nuestro pasado cuando alguien dice: "pues este año en verano podemos venir a acampar aquí ya que el pasado no hicimos nada..."

En ese momento aun con las manos heladas y siendo 4 gatos, me entraron unas ganas horrendas de cojer una tienda, montar el chiringito y pillarme el ciego de mi vida.

Más tarde Jesús ya en la peña lo bordó: "este trimestre pensar: no es un día más de clase, es uno menos para verano"

Y me olvido de todo lo que puedo recordar

Resulta que hoy Héctor me ha picado con el blog. Le tenia mas abandonado que otra cosa y leyendo entradas antiguas ha pasando por mi un gran abanico de sentimientos, entre nostalgia de aquellos momentos felices y asombro por cosas que no me acordaba que yo pudiera pensar de esa manera.
Pero me he hecho prometer que no voy a cambiar ni borrar ninguna ya que como en otras muchas ocasiones olvidados o cambiamos nuestro pasado porque no nos gusta pero en realidad todo lo que somos es el recuerdo de nuestro pasado.